Sonrió al espejo, pero no consiguió iluminar apenitas unos centímetros cuadrados de rostro, nada parecido a cuando enamoraba el entorno con aquella sonrisa. Allí se quedó un rato más, intentando recordar que fue lo que la hizo perder tanta vida, tanta ilusión en tan poco tiempo. Decidió que no dejaría que nadie más, nunca, le arrebatara lo que nació con ella. Apagó la luz y se fue a la cama, esperando ver en la oscuridad la respuesta a todas sus inquietudes y deseando, una noche más, que el amanecer borrara al menos un par de arrugas, las más profundas, aquellas que recortaron la mirada inquieta de los veinte, aquellas que sembraron el cinismo en un alma que nació para llenarse sólo de esperanza.
En busca de la excusa...
NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.
01 julio 2009
Arrugas del alma
Sonrió al espejo, pero no consiguió iluminar apenitas unos centímetros cuadrados de rostro, nada parecido a cuando enamoraba el entorno con aquella sonrisa. Allí se quedó un rato más, intentando recordar que fue lo que la hizo perder tanta vida, tanta ilusión en tan poco tiempo. Decidió que no dejaría que nadie más, nunca, le arrebatara lo que nació con ella. Apagó la luz y se fue a la cama, esperando ver en la oscuridad la respuesta a todas sus inquietudes y deseando, una noche más, que el amanecer borrara al menos un par de arrugas, las más profundas, aquellas que recortaron la mirada inquieta de los veinte, aquellas que sembraron el cinismo en un alma que nació para llenarse sólo de esperanza.
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