Ha pasado mucho tiempo, tanto que olvidé tu olor, ese que dije que jamás
olvidaría.
Curiosa la vida, nos negamos a aceptar que todo pasa, pretendemos retener en
algún lugar lo incontenible: !un olor! !ya ves!
Tus rizos desparramados por la
almohada, tu piel suave envolviendo mi pelvis, tus pechos sobre mi nariz... Guárdalo en ese frasco que decías tener, quédatelo. Yo también me quedé en la
otra vida, esa en la que tú no estás, en la que mis noches son quizás menos
divertidas pero más tranquilas. Nadie revuelve ahora mis sábanas. Sólo tu voz ha
revuelto hoy mis pensamientos.
Me vuelvo a dormir, le pido a mis sueños que te despidan en la puerta. Mañana
todo habrá pasado, tú habrás vuelto a tus domingos y yo seguiré quedándome siempre en los sábados.