En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

19 junio 2011

Llueve fuera


Espera, no te levantes todavía, escucha: Hoy está lloviendo y no quiero que te enfades. A ver, abre los ojos, escucha, ¿oyes? Llueve. ¿Has oído alguna vez melodía más preciosa que la de la lluvia? No te pongas triste, también tiene que llover. ¿Qué importa mojarse si después sale el arco iris?
Recuerda que mañana es navidad, así que esta noche no nos toca con los niños, pero podemos salir a cenar tú y yo, o podemos ir a bailar. Un baile lento, como cuando éramos novios. Yo ya lo tengo todo listo para mañana. No digas nada, a mi me gusta y ya está todo preparado. Y esta noche la pasamos juntos, tú y yo, y, después de cenar, si quieres, podemos pasear por la ciudad, que ya habrá dejado de llover y está tan bonita con todas esas luces… Seguro que hay coros de chiquillos cantando villancicos. Recordaremos cuando los niños eran pequeños y les enseñábamos a tocar la pandereta junto al fuego, mientras asábamos castañas. Escucha, no estés triste, mañana vienen con el chico, tendremos a Pablo correteando por la casa, abriendo todas las puertas de los armarios y desordenando tus libros, mientras tú refunfuñas. Yo se que no es en serio, porque a ti te encanta que Pablo desordene tus libros, incluso que los garabatee, no me digas que no. Si, ya se, ya se que no quieres que los rompa, pero yo estaré pendiente, no te preocupes. Hoy no quiero que te enfades, escucha: Podemos quedarnos en casa todo el día, tú me lees algún cuento y yo… me pierdo en tus historias. ¿Quieres? A medio día, nos tomaremos un puchero calentito y después podemos ver una de esas películas absurdas que tanto te hacen reír, para que olvides que fuera sigue lloviendo. Hacia las ocho nos ponemos guapos y salimos a cenar. Ya he reservado donde te gusta, donde ponen el cordero como a ti te gusta. No tenemos que llevar el coche, le diré a Marcos que nos lleve y a la vuelta podemos coger un taxi o venir caminando, que seguro que hace una noche preciosa.
No estés triste, escucha: acuérdate que cuando nos conocíamos llovía y tú pedías que lloviera aún más para que anularan mi vuelo. Acuérdate que, a veces, nos ha servido de excusa para escaparnos de algún compromiso y estar en la cama todo el día.
Mira, mañana vendrán los niños, con el chico y Nena embarazada y he preparado un montón de cosas ricas, de las que te gustan a ti y a ellos. No tienes que cantar villancicos, pero habla con el niño, así cuando nazca Julia, Nena le dejará que nos la traiga.
Y, en año nuevo, nos iremos a ver a mi hermana y su nuevo nieto, que dicen que se parece mucho a mi madre.
Ya verás, Luis, ya verás como mañana conseguimos que Pablo te llame abuelo.

(Reeditado. Escrito en nov 08)

13 junio 2011

Pienso...te


Te pienso… te huelo entre mis ropas, te distingo entre recuerdos que juegan a esconderte. Te siento cerca y te veo, a lo lejos, te aturullas en mis sienes peleando por mostrarte y de nuevo te ocultas en mis sabores, arropándote en mi paladar… te relames en mis labios aspirando mis ahogos, te revuelves en mi oído atento a mis suspiros, tus latidos… al son de mi pálpito, de mi movimiento, de la sinrazón que huye de mí buscándote allí, de nuevo en mi memoria. Te pierdo…te persigo insaciable pretendiendo agotarte con mi aliento, enredados en el desespero de un final anunciado. ¿Agotado? Háblale, ser, a  mi piel. Cuéntame, ser, con tus manos. Deséame, ser, con tus ojos. Ocúltame, ser, tu anhelo, para que evite no olvidarme que te sigo viendo allá, a lo lejos, mientras te siento aquí, sobre mis pies, ahuecando mi deseo para que descanse en ti, ser, y me libere de tu apego, el que persigue mis noches vacías de desenfreno. Me freno… pero tiemblo… y vibro…  y me estremezco… y a media luz, enterrando mi sentido en el aliento perdido, te encuentro y entonces vuelvo a pensarte para de nuevo olvidarte mientras duermo… ¿O es que acaso, ser, también te sueño...?