En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

11 diciembre 2021

Montañas rusas

Cuando subes a una no tienes ni idea de lo que te espera. No sabes como serán las subidas, bajadas, las curvas, los giros. Te acoplas inocente el dispositivo de Seguridad que, definitivamente, no hace que te sientas más seguro y empieza la fiesta:

La primera subida es como facilona, piensas que ya está hecho y que podrías volver ha hacerlo decenas de veces más. Pero empiezan las bajadas, las curvas, las caídas al vacío y entonces crees morir en cada giro de sentido y apenas segundos después, todo acaba. 

Algo así como en la vida, solo que los segundos se antojan demasiado largos a veces. 

Sin embargo hay ocasiones, como en la vida, en la que tu aventura de parque de atracciones te lesiona, te rompe por dentro y entonces decides que esa fue la última vez que subiste, que no volverán a convencerte para otra. 

Años después llega alguien que te enseña una atracción nueva, te engatusa con las mieles de las nuevas emociones y es entonces cuando recuerdas que estuviste rota y que tardaste tanto en curar que quizás no merece la pena por un ratito de nada.