En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

18 febrero 2020

Ha llovido, no mucho, pero algo sí

Más de dos años han pasado, casi tres, no es mucho o sí. Un gran, grandísimo amor, varios viajes, alguna ruptura y una nueva incertidumbre. Escribo para aliviar el dolor, una amiga me lo dijo. Ya no me apetece, hace tiempo que no. Huyo de la nostalgia y la languidez, prefiero anestesiarme con televisión o centros comerciales o quizás pasear por la playa, que da mucha claridez mental. 

Ahora sólo quiero centrarme en mi, aprender a cuidar sin descuidarme; a disfrutar sin derrochar; a pedir, a querer sin perder el norte, a dejar de vivir una vida a medias y vivirla plena de una vez. 


Quiero que los fantasmas que siempre acompañaron mis días se vayan, abandonar el dolor pasado de una vez y abrirme al disfrute presente y el momento presente, que es lo único que hay. 


Y ya no quiero escribir más, quiero dejar de pensar, sólo quiero vivir.