En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

14 enero 1999

Cabalgando

Permaneció impasible ante su estrella.
Se adormeció el horizonte, se nublo la estela del cometa,
amanecieron los ilustres y el hombre sometió su orgullo a las tinieblas.

Más le valió al peregrino caminar tras su negra sombra, sin su buena estrella,
sin toparse de bruces con la hermosa, brillante y embustera luna llena.

Como el sol galopa tras la extensa cordillera,
aquel que se fue no vino pretendiendo que no fuera más que ilusión su divino ser y ¿lo fue?
Puede que lo fuera.
Puede que fuese lo que fuera, no acertase a ser certera lo que la sin par aventura de un planeta pretendió en su galopar.

¿Andar…? ¿Para qué?- resolvió el peregrino.
¿Para que vagar con la espera y añorar lo que no llega?
Sentémonos en el camino, sin buscar la luz de la estrella
y… si llega, llega y si no llega…
No nos sintamos entristecidos porque ni siquiera Dios nos brindó tan singular promesa.