En Sevilla la ensaladilla no lleva cebolla y hace mucho frío en invierno y muchísimo calor en verano. Los conductores siempre tiene prisa pero los autobuses te recogen en medio de la calle si te ven apurao. La gente protesta hasta el infinito, pero al final siempre terminan con un “miarma”. Los cafés están calientes, hay tostadas para desayunar y nunca tienes que esperar mucho para que te sirvan. Puedes tomarte una tapita de algo en casi cualquier sitio, de pie, con prisa y están tan ricas…
En Sevilla la ensaladilla no lleva cebolla y el jamón es de pata negra. A todo el mundo le gusta llevar coche, aunque hay que aparcar en doble fila y darle un euro al gorrilla que, post pago, te ayuda a aparcar o te raya el coche, depende de la propina.
En primavera huele a azahar e incienso, las calles se visten de geranios y el puente de triana de farolillos.
Los jóvenes llevan el jersey anudao en los hombros y pantalones de pinzas, las jóvenes llevan los zapatos a juego con el bolso. Les encanta ir de compras, tomar la cervecita en el Salvador y llevar gafas de sol aunque esté nublao…
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