Cuando un amigo se va...y es imposible dejar esa huella que deja. Es el fin de una era, de un capítulo de la vida. Como me dijo alguien: un encuentro de vida. Se vive, se disfruta y después sólo queda recordar. ¿Volverán las oscuras golondrinas del balcón sus nidos a colgar? Volverán, claro que volverán porque caminante, no hay camino, sino que se hace camino al andar...
Así es la vida, así gira el universo y a los amigos que se van, siempre habrá que recordarlos, porque nos han hecho ser la persona que ahora somos, porque han reído nuestras alegrías y llorado nuestras tristezas, porque han participado en el recorrido de nuestro camino, porque han estado ahí en algún momento o siempre y siempre que se cierra un libro, por muy hermoso que haya sido el final, nos hubiera gustado que continuara. El consuelo para tanta pena, es imaginar que un día escribiremos la segunda parte.
Adiós nunca, mejor, hasta siempre amigo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario