Por haberme amado como lo hiciste. Por haberme mirado como si no existiera nada ni nadie más. Por haber permitido verme en el reflejo de tus ojos.
Gracias por haberme acariciado como si nunca antes hubieras tocado piel. Por haberme abrazado tanto con el alma. Por haber permitido que me durmiera con una sonrisa tantas veces.
Gracias por todas las veces que me escuchaste sin responder, porque eso me permitió verbalizar lo que sentía y saber qué necesitaba en cada momento.
Gracias también por las veces en las que no supiste escucharme, porque eso me permitió mejorar mi comunicación, mi empatía, mi compasión, mi autoescucha y el amor a mí.
Gracias por todas las veces que me dijiste que sí, tener un compañero de aventuras lo hizo todo más fácil y tremendamente más feliz.
Gracias por todas las veces que dijiste "vamos" porque me enseñó lo fácil que podía ser mantener la ilusión con la que construir los sueños.
Gracias por tu sonrisa, faro incandescente en cada oscura noche que conseguiste hacer brillar.
Gracias por tu disposición siempre, por mostrarme un camino para abrirme al mundo y permitir que el mundo se abriera ante mi.
Gracias por tus chistes, los buenos y los malos, porque me recordaron lo importante que es reírse, sobre todo de uno mismo.
Gracias por permitirme verte trabajar incansablemente, porque aprendí a no rendirme y descubrí valor que la disciplina tiene para mi.
Gracias por tu paciencia, tolerancia, perseverancia, me mostraste un camino a seguir que no había sabido ver.
Gracias por todas las veces que apoyaste mis ideas y me hiciste sentir acompañada. Y gracias por las veces en las que te posicionaste en contra, por ofrecerme un punto de vista que no había contemplado.
Gracias por creer en mi, por recordarme tantas veces la persona que soy y que quiero construir.
Gracias por hacerme de espejo de virtudes y defectos. Me permitieron mirarme de cerca para poder corregirme.
Gracias también por todos los desencuentros, discusiones, resbalones y veces que no, porque todas y cada una de ellas me han hecho buscar un camino distinto para hacer las cosas y me han permitido crecer y acercarme a esa mujer que quiero ser.
Gracias por permitirme también poner ladrillitos en esa casa que eres tú, por haberme dejado entrar y ofrecerte algo de mi que hayas querido retener para ti.
Dice Víctor kuppers que nunca te vayas del lado de alguien sin hacer que esa persona se sienta un poco mejor. Espero que mi paso por tu vida, al menos, te haga sentir eso. Tu paso por la mia, desde luego, así ha sido.
Seguiría... Pero han sido muchos días y tengo buena memoria. ¡No acabaría nunca!
Y para todas las veces que te dije gracias, la respuesta nunca debió ser "de nada". Nunca es por nada, ofrecer algo tiene su valor. Prueba a responder: "Gracias a ti", "ha sido un placer", "con mi mejor intención"... Y, si no, puedes seguir respondiendo " De nada". Todo está bien tal y como es.
Estas letras no necesitan respuesta. (Ni un gracias ni un "de nada" 😉).
Lo escribo porque creo que es importante dejar atrás más amor que dolor y eso pretendo.
Con amor,