En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

26 septiembre 2010

Sombras


     Me pasaba a veces al apagar la luz, cuando no conseguía dormirme rápido y las sombras se adueñaban de mi habitación. Miraba al hueco de la puerta e imaginaba historias de oscuridad y tinieblas. El mundo siempre debería tener luz, tanta como la que despiertas en mi corazón. Anoche te miraba mientras dormías. Cuando estas a mi lado en la cama ni siquiera pienso en aquella oscuridad. Ni siquiera recuerdo que, en ocasiones, sumergía mi mirada en las sombras de la puerta, imaginando que me atrapaban, que me trasladaban a otro mundo en el que me sentía aun más perdida que en este.
Hoy han vuelto a mi los recuerdos oscuros de las noches de insomnio. En la casa de mis padres, mi antigua cama sigue situada justo enfrente de la puerta, la misma puerta donde habitan todos los seres oscuros que torturaron mis noches de infancia y adolescencia.
Ahora es de día, pero al verte alejarte todo a mi alrededor se vuelve sombras de un mismo futuro incierto. Te vas en busca de un destino que planificaste... y me dejas atrás, como las sombras que frente a mi cama anulan cada noche mi esperanza. Cuando tu estás, ni siquiera pienso en ellas, ni siquiera las veo. Pero, desde que te alejas, reaparecen en mi vida abriendo un oscuro hueco en la boca de mi estómago, un sentimiento de desasosiego que no desaparece hasta que vuelves o hasta que vuelve la luz.
Creo que las sombras habitan en mi garganta y son las que me hacen explotar cuando algo no va bien en mi vida. Es esa misma marabunta de sentimientos que puede que un día consigan alejarte definitivamente de mi.
Anoche te contemplaba y las sombras no aparecieron y tampoco el hormiguero de mi estómago. Anoche era feliz. Hoy te has ido y vuelvo a sentirme sola, como si toda mi vida hubiera estado unida a ti. Y siento este dolor, este vacío e imagino que es lo que debi sentir al nacer, cuando cortaron el cordón umbilical que me unía a mi madre y me vi abandonada en el mundo. Ya han pasado muchos años, pero el sentimiento, lejos de aminorar, se ha hecho más profundo. Ahora no solo pienso que hay demasiadas cosas por descubrir sino que estoy totalmente convencida de que no lo conseguiré nunca, de que un día las sombras de mi habitación podrán con mi voluntad y me llevarán lejos, allí donde jamás volveré a verte, donde quedaré para siempre sumida en la más profunda oscuridad de mi soledad.
Continuas alejándote sin girarte una sola vez para miras atrás. Mientras, yo no dejo de contemplarte, cada vez más pequeño, apenas un punto en el horizonte. Y, al mismo tiempo, yo me hago más pequeña cada vez, tanto como el punto que ahora eres tú. Ahora sólo soy un diminuto ser entre sombras que logran atraparme, que vencen mi sueño para llevarme con ellas. Una persona pequeña en un mundo de seres grandes, ahogada por el tumulto de la muchedumbre, enterrada entre oscuros recuerdos que solo tú consigues hacerme olvidar. Sin embargo... resulta... que tú... te vas...

25 septiembre 2010

Si tuviera tres vidas...

… una de ellas sería para ti. Aun no tengo claro lo que haría con las otras dos, pero lo que no dudo ni un instante es que una de ellas la dedicaría en exclusiva a amarte. Con demasiada frecuencia, me hubiera gustado comparar la vida con un trabajo de alfarería: con un poco de agua, se vuelve a moldear el barro y a empezar de nuevo, antes que intentar arreglar cualquier malformación del cántaro o jarrón. Pero la vida es como el barro ya cocido, para enderezar, hay que romper y pegar y pegar y pegar, hasta que tiene tantas cicatrices que nos se parece en nada a lo que pretendía ser. Entonces recordé la cantidad de veces que había imaginado que empezaba a vivir de nuevo, deseando que el mundo me diera otra oportunidad para borrar todo lo que no me gustaba. Tener tres vidas al menos y vivir cada una de forma diferente. Desgraciadamente, no tengo tres vidas y, si las tengo, no lo recuerdo… sólo recuerdo y no siempre lo que ocurre en esta y en esta se que hay veces que cuando se da un paso adelante, ya no puede jamás volverse atrás…