En busca de la excusa...

NEGÁNDOME A BLANDIR MI ESPADA, COMO SI, POR SER EL ÚLTIMO JINETE, TUVIERA EN MIS MANOS EL PODER PARA DESENCADENAR (O NO) EL APOCALIPSIS. EVIDENTEMENTE, EL FIN DE LA HISTORIA NO DEPENDE DE MI, PERO SIGO CABALGANDO POR EL MUNDO, NEGÁNDOME A ACEPTAR QUE NO EXISTE UNA PERSONA BUENA POR LA QUE MEREZCA LA PENA SALVAR DE LA QUEMA AL RESTO, COMO EN SODOMA Y GOMORRA...ASÍ QUE, CADA DÍA QUE APARECE ALGUIEN, MI MUNDO CONSIGUE UN DÍA DE VIDA MÁS.

17 febrero 2009

Mientras espero


Es inexplicable la lentitud con la que se mueven las agujas del reloj cuando esperas. Entre el tic y el tac transcurren a veces incluso días. Acabo de recordar el cuento que siempre leía mientras esperaba tu llamada. Ese cuento conseguía hacerme recordar lo inútil y castigador de la espera. Me gustaría saber si el tiempo pasa tan lentamente para ti…
Estoy sentado en un banco del parque. Hay quien dice que parece que va llegando la primavera, pero yo contemplo los árboles como si aún fuera otoño o como si esperara que ya lo fuera para ver caer una hoja y contar el tiempo que pasa desde que se desprende de la rama, hasta que llega al suelo. La mayoría de las veces, no la veo aterrizar. Una ráfaga de viento se la lleva lejos de mi vista, como si no quisiera dejarme medir el tiempo que transcurre…
Así, sin que uno se de cuenta, pasan los días mientras se espera que pase un segundo, un instante en el que suene el teléfono o llegue el mensaje. Esperando entre el tic y el tac han pasado varios meses, unos tres o cuatro ya…
Después de ese tiempo, apenas consigo recordar qué era lo que estaba esperando, ni porqué estoy sentado junto al teléfono, en el desván de los dedos infectados, donde la luz se filtra por las rendijas de la madera podrida y el silencio se hace tan perturbador que llega a molestar a los oídos. En ese desván, cada instante eterno entre el tic y el tac mueren un poquito las esperanzas y un poquito los corazones…
De todas formas, después de una infección el organismo crea los anticuerpos para protegerse y, sin embargo nada, nunca, ha conseguido librarme de sufrir la enfermedad…

01 febrero 2009

Hay personas que cuando entran en tu corazón, se quedan en él para siempre.
Seis mil millones de almas en el mundo y, a veces, sólo necesitas a una...